lunes, septiembre 06, 2010

CUANDO LOS JOVENES SEAN ADULTOS MAYORES




MTRO. GERARDO A. HERRERA

GRUPO DE FACTO DIVERSIDAD SEXUAL EN MICHOACAN



La temática de los adultos mayores y de algunas políticas públicas en México se remonta a 1979, cuando se crea el Instituto Nacional de la Senectud, mejor conocido como INSEN. Posteriormente, en el año 2002, cambia su nombre a INAPLEN, (Instituto Nacional de las Personas en Plenitud), y se incorpora a la Secretaría de Desarrollo Social, como organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
En ese mismo año (2002) se publica en el Diario Oficial de la Federación la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, mediante la cual se crea el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), cuyo propósito es brindar la atención a la población de 60 años de edad o más.

El INAPAM se crea con el propósito de coordinar, promover, apoyar, fomentar, vigilar y evaluar las acciones públicas que repercuten directamente en los adultos mayores y la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores asignó al INAPAM la autonomía técnica y de gestión para el cumplimiento de sus atribuciones y propósitos.

No obstantes la generosidad del propio marco jurídico, a la fecha el INAPAM no cuenta con un Reglamento de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores que prescriba los procedimientos jurídicos para asegurar de manera efectiva los Derechos de los Adultos Mayores, pese a que este marco define las obligaciones del Gobierno y la sociedad civil para el reconocimiento de los derechos de los adultos mayores.

La falta de esta reglamentación ha generado que diversas acciones que se pudieran emprender de manera conjunta con los Órganos Autónomos de Derechos Humanos en el ámbito Nacional y de las entidades de la República y el D.F. no hayan aun cristalizado, como por ejemplo, un Programa Nacional y Estatal de Personas Adultas Mayores para que se conozcan y ejerzan de manera plena sus derechos, toda vez que hace mucha falta tanto para áreas urbanas y rurales, no se diga para campamentos de migrantes agrícolas (Yurecuaro, Tanhuato, Huetamo, entre otros).

Me parece que aun cuando falta mucho por hacer, es importante precisar que existen acciones que ha venido realizando el INAPAM para fomentar el desarrollo de las personas adultas mayores y su participación en las diferentes esferas socioeconómicas y culturales de la sociedad mexicana. No se trata de criticar una política pública por criticar, sino avanzar en la construcción de acciones para el adelanto de los adultos mayores.

Es importante precisar que el migrante nunca ha estado incluido en estas políticas públicas de atención a los adultos mayores, el migrante regresa a su tierra a su país a vivir su senectud en donde no necesariamente existe un apoyo derivado de la aplicación de una política pública para brindarle la atención en distintos sentidos. El migrante una vez concluido su ciclo productivo en la Unión Americana regresa a su tierra, regresa con su gente, regresa a morir.

Me pregunto, que hay de los datos demográficos en México sobre adultos mayores?, qué hay de los datos de los adultos mayores que se quedan en sus pueblos viendo partir a sus hijos? Qué hay de los datos de adultos mayores que regresan a sus comunidades a mirar pasar el tiempo y morir?, qué hay de los datos de adultos mayores discapacitados, indígenas, con ideologías o preferencias diferentes, aquellos que salen preliberados o liberados judicialmente?.

Sabemos de la acelerada transición demográfica hacia el fenómeno del envejecimiento de la población, pero también sabemos y reconocemos de la importancia que debe representar para los Poderes Públicos de los diferentes niveles de gobierno, así como para la sociedad civil en general de los retos y desafíos para atender a los adultos mayores en México.

El envejecimiento poblacional es resultado del desarrollo de las ciencias médicas y el mejoramiento de la salud de las personas, la reducción de la mortalidad y el aumento de la expectativa de vida.

De acuerdo con cifras del INEGI, viven en México 10.8 millones de adultos mayores y según las proyecciones del Consejo Nacional de Población, en el año 2050, el 30% de la población mexicana será adulta mayor, o sea, de más del triple en los próximos 40 años.

Otros datos que arroja el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, precisa que 43% de la población adulta mayor viven en pobreza de moderada a extrema y que 8 de cada 10 adultos mayores tienen alguna carencia social, pero 4 de cada 10 ya viven en esa condición.

Por otro lado el INEGI presenta en los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre del 2010, que 2 millones 252 mil personas de la población adulta mayor en México laboran en el sector informal y tan sólo 1 un millón 458 mil pertenecen al sector formal del mercado laboral.

Otro dato importante que nos proporciona la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, menos del 2% de los países latinoamericanos incluyen en sus metas la promoción de la salud para la población de 60 años y más.

Para ello, es necesario desarraigar la concepción de que los problemas de la vejez son de orden privado y empezar a tener una mayor conciencia como mexicanos de que los retos que impone el nuevo panorama demográfico, dependen principalmente de una labor y solidaridad colectiva que involucre a poderes del estado y sociedad civil.

El envejecimiento de la población en México aumenta en este momento, en un contexto de crisis económica, desigualdad social, una creciente participación del mercado informal de trabajo y una baja cobertura de los sistemas de protección social, desafortunadamente no todos los adultos mayores de México cuentan con la seguridad social esperemos que no se igual en los próximos 40 años.

De ahí la importancia de que nuestro país, México, adopte marcos normativos (Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Yucatán, no cuentan con leyes especializadas y reconocimiento pleno de los derechos de las personas adultos mayores) y políticas públicas que se adecúen y respondan al nuevo panorama demográfico que vivimos preparándonos para los próximos 40 años y realizando acciones que nos permitan atender en este momento a los adultos mayores que lo requieran, dando respuesta con ello a sus expectativas y necesidades más sentidas.

Para la sociedad civil en Michoacán es importante que el Gobierno del Federal y el Estatal trabajen bajo una misma óptica de atención al adulto mayor, tanto con marcos normativos como con políticas públicas que permitan actuar a favor de las personas adultas mayores.

Consideramos que en el caso de Michoacán sociedad civil organizada y los Poderes del Estado tendrían que impulsar diversas actividades.

Primero: Se requiere que la LXXI Legislatura impulse un marco normativo a favor del respeto y la dignidad de los adultos mayores, que podría ser denominada Ley Estatal de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. El mismo marco podría ser resultado de foros de consulta con la población adulta mayor en diversas sedes de la geografía michoacana, para contar primero, con la legitimidad del documento y después para hacerlo incluyente y plural. Hoy celebro que en este Foro podamos hablar sobre estas temáticas de interés para la sociedad en su conjunto y que organice el Club Espejo Chicago en Morelia, así como el grupo PETAMUTI S.C. y el Grupo de Facto Diversidad Sexual en Michoacán.

Consideramos que será necesario que el mismo cuente con mecanismos de exigibilidad tanto de los mecanismos para hacer viables los derechos de los adultos mayores, así como de los presupuestos participativos para hacer del marco jurídico un instrumento vivo y no de una ley que quede en letra muerta.

Segundo: Consideramos la importancia de promover acciones de difusión y sensibilización dirigido a la sociedad que permita la creación y desarrollo de la conciencia social y política para construir una cultura del envejecimiento. De igual manera a través de proyectos educativos, de promoción de una cultura de la igualdad basada en el respeto por lo diferente y la dignificación de la persona, permita la no violación de los derechos humanos de los adultos mayores y sus libertades fundamentales.

Con ello, estaríamos combatiendo las diferencias sociales, el desprecio, la discriminación y violencia, el despojo y la segregación de que son objeto por la familia y la sociedad.

Estas acciones no son otra cosa que promover los principios de la democracia, en donde la igualdad, la libertad y la tolerancia nos permitan alcanzar la equidad, dignidad y respeto para las nuevas generaciones de adultos mayores en un ambiente de mejora de su calidad de vida.


Tercero: La situación económica de los adultos mayores debe estar asegurada o por vía de las pensiones o jubilaciones o bien a través de una estrategia de los tres órdenes de gobierno que permita a los adultos mayores articularse al mercado laboral.

Se de los esfuerzos que se realizan éstos (INAPAN, DIF ESTATAL, SEPSOL, SEMUJER, SEMIGRANTE, Ayuntamientos y organizaciones de la sociedad civil) para brindar dichos apoyos laborales a través de algunas empresas sobre todo de los supermercados, no obstante y que es un trabajo digno el empacar o bien, las y los adultos mayores de aseo público del H. Ayuntamiento de Morelia, al fin trabajo.

Nuestro sistema fiscal federal desde hace 3 años (2007) brinda un incentivo fiscal para empresas que son socialmente amigables con los adultos mayores y les permite disminuir adicionalmente en la Ley de Impuesto sobre la Renta de los ingresos del contribuyente un mondo adicional equivalente al 25% del salario pagado a los adultos mayores. Consideramos que una situación igual debería prevalecer en Michoacán, pero deduciendo de los impuestos propios del Estado que pagan las empresas. Desafortunadamente son pocas las empresas que acceden a estos beneficios fiscales, muchas de ellas no valoran la experiencia y respeto que pueden ofrecer al adultos mayor.

Otra acción que nos parece toral es que en Michoacán como ya lo hace el INAPAM, cuente con un Fondo de apoyo económico para el impulso de proyectos productivos a fin de promover y fomentar el auto-empleo y la capacitación entre los adultos mayores. Si bien, hoy los adultos mayores cuentan con apoyos económicos del Programa 70 y más del Gobierno Federal y de apoyos en especie del Gobierno de Michoacán, consideramos la oportunidad de hacer la asignación presupuestal correspondiente para este segmento de población.

De ahí la importancia de contar con una Ley local que mandate la asignación presupuestal para la atención de los adultos mayores y las incremente anualmente de acuerdo a la inflación, así mismo será necesario impulsar la transversalización con enfoque de adultos mayores a las políticas públicas que se generen en el Gobierno de Michoacán.

Por otro lado, insistimos en la necesidades de establecer los convenios con empresas y prestadores de servicios para obtener descuentos y beneficios a favor de la economía de los adultos mayores, como ya sucede en las líneas de transporte federal en donde se tiene un 50% de descuento para adultos mayores, pero no así en el transporte semiurbano ni rural, en donde desde luego los adultos mayores pagan los boletos de transporte de manera completa.

Considero que el Gobierno del Estado como los Municipales podrían definir criterios de contratación en un porcentaje de las vacantes laborales que fueran necesitando y que pudieran desarrollar los adultos mayores.

Hoy, gobierno debe de encontrar mecanismos que permitan generar la creación de empleos a través de ampliar la base tributaria de aquellos que de manera informal acceden a recursos sin pagar impuestos y que ello permita mejorar la condición de vida de algunos grupos vulnerados como los adultos mayores.

Cuarto: En materia de salud es importante asegurar ese Derecho ya consagrado por nuestra Constitución, toda vez que ello permitiría mejorar la calidad de vida de la población adulta mayor. Los adultos mayores requieres de una vida saludable, productiva y de calidad para enfrentar la vejez con plena dignidad. Si bien reconozco el esfuerzo y las acciones que se realizan durante el año y en el día del adultos mayor por parte de nuestras autoridades para la realización de encuentros socio-culturales y deportivos, una gran cantidad de adultos mayores que viven fueran de las cabeceras municipales o en tenencias rurales no se benefician de estas acciones.

Termino expresando que, necesitamos que los adultos mayores, así como la sociedad en general debe colaborar de manera coadyuvante con los diferentes órdenes de gobierno para el cuidado de la salud, para la promoción de políticas de prevención de enfermedades; realizar estas acciones nos permitirán mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y ahorros en el presupuesto para destinarlo a otros usos en beneficio del mismo sector.

A manera de conclusión.

Tenemos que ocuparnos en diseñar propuestas que permitan a las generaciones futuras de personas adultas mayores desarrollarse en todos los ámbitos, así como atender a las demandas actuales como son el rezago educativo que viven las personas adultas mayores, o el trato diferenciado en el ámbito laboral, la discapacidad, la falta de cobertura especializada en atención geriátrica, y el aún débil acceso a la justicia, no se cuenta con estadísticas certeras sobre cuántas personas son despojadas por sus familiares o bien cuantas son violentadas y explotadas al mandarlas a pedir limosna a la calle.



También debemos considerar que no se deben aplicar modelos para políticas públicas de atención que consideren a la población adulta mayor como un todo homogéneo, pues en realidad son personas que viven diferentes circunstancias por lo que tienen demandas y necesidades específicas (discapacitados, indígenas, con ideologías diferentes, con preferencias diferentes, etc.)



Concluyo expresando que basta con salir a la calle para escuchar infinidad de testimonios sobre discriminación que sufren las personas de edad avanzada, todas ellas mal fundadas evidentemente, pues el peor enemigo de la discriminación es la ignorancia, la propia y la de los demás actores de la sociedad, por eso es importante comenzar por reeducar a la sociedad en general para que adopten nuevas formas de comportamiento hacia las personas adultas mayores en el marco de una cultura de respeto, tolerancia y defensa de los derechos humanos.