martes, febrero 12, 2008

El jueves que no comí

Ese día no comí. Y no me quejo, recuerdo mis épocas universitarias (no hagan uhhh que fue hace poco) cuando por tareas y trabajos ignoraba, junto con otros compañeros, el deber de un alimento por lo menos chatarra. Era jueves en la tarde y decidí viajar a Morelia porque debía hacerlo, no podía quedar fuera, era un compromiso con la causa. Días anteriores tuve la fortuna de platicar con Paty Mercado en el café Europa, propiedad de los panistas López Orduña, en una rica y fresca tarde de enero. Rafa Escutia y yo necesitábamos verla y escucharla, por varias semanas vacilamos hacerlo y esa ocasión se presentó la oportunidad y no la desaprovechamos, le sacamos jugo al encuentro. El compromiso quedó en la charla de un café y dos horas fueron suficientes para desmitificar lo que en varios meses se había dicho, comentado del conflicto interno que vive Alternativa. Ahora nos tocaba a Rafa y a mí seguir con nuestra parte, por ello mi decisión de ir el 7 de febrero, fecha límite de registro de CAPs, para dar una última batalla.

No era fácil, cuatro días antes no alcanzamos el quórum para registrar nuestro CAP y decidimos ese mismo día, entre enojos, histerias y frustraciones, no presentarnos ante la Comisión Autónoma. Era puente, muchos en Ixtapa y otros en no sé dónde.
“hay qué registrarlo, aún nos queda la semana para hacerlo. No importa si quedo fuera o si no puedo venir a Morelia” fue lo que le dije a Rafa y en eso quedamos, sin embargo no podía ignorar la oportunidad por participar y quería ser testigo de algo importante que tal vez será recordado como algo inédito que un partido político jamás en su historia ha logrado o como una farsa de institucionalidad política que sigue presente en el país. Eso lo tenía que ver, lo tenía que sentir.

Y así fue, llegué a la central camionera a las 7 de la noche. Rafita estaba esperándome para ir al Fiesta Inn, sede de la Comisión Autónoma, y mi sorpresa fue cuando Rafa me aseguraba que hubo una confusión en logística y compañeros que habían accedido a entrar a nuestro CAP no eran localizables. No me sorprendió, pero sí me entristeció porque tenía la confianza en que se haría el registro debido ese día y que consolidaríamos en un equipo lo que tanto habíamos pugnado por meses o por lo que había seguido por más de dos años.

La hora límite era nueve de la noche y sólo llegaron 10 compañeros. No fueron los suficientes. 8:59 y el responsable de la Comisión hizo una última llamada para aquellas o aquellos que decidieran entrarle con su CAP, pero era demasiado tarde: no supimos de los demás. “o al menos que deseen el registro individual” a lo que mis compañer@s del fallido CAP, Rafita, César, Gaby y su servidor accedimos con la confianza de saber que estuvimos en la raya, en la última opción, aunque sabíamos perfectamente que nuestra voz sería escuchada mas nuestro voto inexistente para tomar decisiones dentro de las elecciones internas de nuestro partido. Y así lo hicimos, otra hora de registro individual y capacitación fueron suficientes para tener un folio de militante. Ahora soy socialdemócrata formalmente aunque ya lo había sido desde hace mucho, sólo era un mero trámite lo que hice ese jueves que no comí y del cual no me quejo.

No confundan el amor con las ganas de ir al baño

miércoles, febrero 06, 2008

Tradicionalismus, radicalismus



“Al tradicionalismo y no al radicalismo”, no sé qué tan conveniente resulte, mis pequeñuelos, una discusión de ideas vía MSN cuando se coloca sobre la mesa un debate no programado entre Rodrigo Rincón (amigo y compañero de Jalisco claro operador de Begné) y el servidor de tod@s ustedes cuando en una expresa y clara idea de “cambiar la manera de hacer política” me encuentro ante una respuesta contundente y determinante que a mi parecer resulta contraria y obsoleta.

No sé que tenga por entendido Rodrigo al mencionar que el tradicionalismo suele ser lo conveniente tal vez para cumplir las exigencias de aquellos quienes confían en un proyecto como Alternativa; no sé a qué se refiera tal concepto cuando el mismo partido ha nacido con la idea clara y definida de que este país no soporta más lo de siempre. Entiendo, comprendo la reestructura del partido; los momentos de decisión que presidirá la nueva o el nuevo dirigente y que no podrá abolir las decisiones que los integrantes del mismo partido tomen para un buen rumbo de decisión política a nivel nacional. Esa idea de la formación de CAPs resulta por la alternativa de ser distintos, diferentes y no tradicionales. El mismo nombre del partido lo exige, la decisión del ciudadano de elegir, escoger algo fuera de lo común como lo es la izquierda socialdemócrata.

Lo tradicional entonces resulta caer en lo pragmático criticable, y no si eres de tal o cual bando. Lo tradicional es hacer las alianzas absurdas y desgastantes con quienes sabemos de las intenciones denigrantes contra el partido, su gente. Un tradicionalismo heredado en la política y en el civismo que al momento de querer dejar a un lado resurgen aquellas tentaciones de hacer lo mismo de siempre.

Si no soy tradicionalista entonces seré radical. Mal planteado inclusive el radicalismo cuando dicen, afirman, critican que los soñadores salen de la realidad absoluta y no hacen otra que criticar y juzgar; y ejemplos varios en los escenarios actuales como lo que le apuesta AMLO vs Institucionalidad estática. O quienes juzgan las vocees de un TLC injusto para el campo sin saber la realidad cruda de la economía agrícola mexicana, aquella que se le dejó de dar la verdadera importancia de su estudio.

Tradicionalismo que ha juzgado los abortos, no solo por la vía moral que penal; tradicionalismo que ha estigmatizado al colectivo gay y lo ha orillado a un gheto indeseable dentro de las políticas públicas y de salud. Sí, el tradicionalismo afecta a CODISE, mi estimado Rodrigo, pero también a tantos órganos civiles y gubernamentales que bien pueden ser revolucionarios de ideas y prácticas pero que esa tradición de pensar en el diferente resulta grave para la vida democrática del país. Si México no fuera tradicionalista tal vez las muertes por VIH se reducirían drásticamente.


Aquella lucha que tanto nos jactamos de ser pioneros viene por el desprecio de lo tradicional. No me cabe duda que Alternativa estará en esa disyuntiva y es claro que todo se definirá en las siguientes semanas. El partido se la juega entre lo tradicional y lo radical; posiblemente será mejor estar en lo segundo antes que seguir y mantener lo mismo que tanto criticamos de otros partidos.