martes, diciembre 11, 2007

El beneficio de la duda...¿qué más me queda?



¡¡que me toque a mí!! ¡¡que me toque a mí!!
Foto: Octavio Hoyos
Milenio Diario


Los gallos y las gallinas para presidir al IFE se encuentran esperando la decisión de las y los diputados de San Lázaro. Es curioso observar cómo aquell@s suspirantes... perdón, aspirantes para quedar en la nómina de tan honrado y a la vez cuestionado instituto mueven sus cartas y todo lo que se les ponga enfrente para salir ganadores finales de este tan chistoso proceso de selección.

Y es que nadie se escapa para emitir un juicio respecto a quienes pueden ser las o los facultados para dirigir los próximos años a este órgano electoral. Tan simple como leer las columnas de hoy y analizar lo que Ricardo Alemán de El Universal o cómo Ciro Gómez Leyva de Milenio alardea limpieza en la elección.

O cómo critican a López Obrador equiparándolo con el, quién lo diría, Consejo Coordinador Empresarial quienes cuestionan las enmiendas al COFIPE, entre muchas cosas, las repercusiones a los intereses propios del primero y de los miembros del segundo. La famosa Partidocracia que lamentan algun@s (no tod@s) expertos en la materia electoral y la manifestación abierta de la chiquillada partidista (incluyendo Alternativa) por considerar la reforma como excluyente de otras expresiones políticas. De las televisoras, ni hablar... ya sabemos a qué le tiran.

Y como todo mundo opina, yo haré una simple expresión: la reforma electoral en lo general es buena, sin embargo el espíritu de la misma debe apartarse del capricho de los partidos para no caer, de nuevo, en el juego de las negociaciones políticas y tener que quitar a un consejero presidente a cambio de un acuerdo. Sí, se tenía que cambiar al consejo del IFE pero no de esta manera berrinchuda.

Ahora les dejaré el beneficio de la duda, porque no me queda de otra ¿o sí?

No confundan el amor con las ganas de ir al baño