¿Escucharé a Ferriz De Con?

Ya se habían tardado: Aristegui era la incómoda de la familia y no se le iba a tolerar una más, no se admitiría otra crítica… no se admitiría que la periodista “utilizara” el medio para informar lo que las netas de este país con trabajo sobresalen a la luz pública.

No, no quiero caer en el sentimentalismo de las decisiones que Radiópolis (Televisa, es igual) y PRISA tomaron para no renovarle a Carmen un contrato que, si bien cada año lo hacían, para much@s representaba un espacio matutino que trataba de equilibrar lo ya de por sí desacreditado y que pretendía, con el mismo profesionalismo que le ha caracterizado, cuestionar lo evidente y darle un mayor seguimiento.

Pero no, mis querubines inquietos, ya no la escucharemos por el momento. Resignemos nuestro auditivo a escuchar a Ferriz de Con, tal vez él sí nos saque de la “paranoia” a la que tanto critica éste último y ya no nos preguntemos por qué no se hizo nada con respecto a la suspensión de aranceles a los granos que a partir de este año llegarán a nuestro país.

Ya para qué seguir con el caso Lydia Cacho si resulta un gaste de tinta inútil si sabemos que la suprema corte de justicia (en minúsculas) dará un madrazo (no, no el candidatocorredorchafaganadormaratonesco) a la justicia porque los acuerdos y poderosos se imponen.

No, ya no daremos seguimiento a los curitas pederastas ni escucharemos a Denise Dresser a la que también le quitan otro espacio y ni qué decir de Lorenzo Meyer a quien lo vuelven a sesgar hacia la academia y a una que otra entrevista, igual así se le quita lo “pejista” y lo criticón de la historia contemporánea del país.

Escucharemos a Ferriz de Con, tal vez él me de una nueva manera de ver mi realidad y no andar con payasadas… pero ¡bendito cable! Por lo menos veré a la Carmen por CNN en las noches, dentro de mi escondite esquizofrénico de ver por qué mi país sufre tanto.

No confundan el amor con las ganas de ir al baño.